Según un nuevo estudio publicado en Psychopharmacology, el cannabidiol (CBD), el principal compuesto no psicoactivo del cannabis, puede mejorar un tipo específico de memoria social en ratones. Este efecto parece estar vinculado a cambios en la señalización de la acetilcolina en una región clave del cerebro conocida como el prosencéfalo basal. Los hallazgos ofrecen nuevas perspectivas sobre cómo el CBD podría influir en los procesos cognitivos y el comportamiento social en humanos.

El cannabidiol (conocido comúnmente como CBD) ha ganado gran atención por sus posibles efectos terapéuticos sobre la ansiedad y la cognición. Sin embargo, los mecanismos cerebrales exactos que subyacen a estos efectos siguen sin estar claros.

En este estudio, los investigadores examinaron si el CBD podría mejorar el aprendizaje social en ratones modulando una sustancia química cerebral denominada acetilcolina, que desempeña un papel clave en la memoria y la atención.

El enfoque de la investigación fue un comportamiento conocido como “transmisión social de preferencia alimentaria” (STFP). Este método de aprendizaje permite que los ratones adquieran información sobre opciones de alimentos seguros mediante la interacción con otros ratones que recientemente comieron un alimento con un sabor específico. Depende de la memoria y la interacción social y sirve como modelo para estudiar procesos cognitivos relacionados con el aprendizaje social.

Los investigadores llevaron a cabo una serie de experimentos utilizando ratones machos C57BL/6J, una cepa comúnmente utilizada en investigación de laboratorio. Treinta minutos antes de que los ratones observadores interactuaran socialmente con un ratón demostrador que había consumido un alimento con sabor específico, los investigadores administraron una dosis única de CBD (20 mg/kg) a los ratones observadores. Después de la interacción, se evaluó si los ratones observadores consumirían preferentemente el mismo alimento con sabor, lo que indicaría que habían aprendido y recordado la señal social.

Descubrieron que los ratones tratados con CBD mostraron una preferencia significativamente mayor por el sabor alimenticio demostrado por el otro ratón, en comparación con los controles no tratados. Esta preferencia aumentada se observó inmediatamente después de la interacción social y persistió durante 24 horas, lo que sugiere que el CBD mejoró tanto la memoria a corto plazo como la memoria a largo plazo de la información social.

Para entender cómo el CBD produjo este efecto, los investigadores se centraron en el papel de la acetilcolina —un neurotransmisor crítico para el aprendizaje y la memoria. La acetilcolina se produce en el prosencéfalo basal y actúa sobre receptores en todo el cerebro, incluyendo el hipocampo y la corteza prefrontal.

En un experimento, los investigadores redujeron la actividad de una enzima llamada acetilcolinesterasa, que descompone la acetilcolina en el cerebro. Lo hicieron inyectando directamente un oligonucleótido antisentido en el prosencéfalo basal para disminuir los niveles de esta enzima. Esta intervención también mejoró la memoria de preferencia alimentaria en los ratones, imitando los efectos del CBD.

En otro experimento, los ratones recibieron un fármaco llamado escopolamina, que bloquea los receptores muscarínicos de acetilcolina. Cuando se administraron conjuntamente CBD y escopolamina, desapareció el efecto potenciador de la memoria del CBD. Esto indica que los receptores muscarínicos de acetilcolina son fundamentales para los beneficios cognitivos del CBD.

Para profundizar en la relación entre CBD y acetilcolina, los investigadores midieron los niveles de acetilcolina en el prosencéfalo basal tras la administración de CBD. Curiosamente, aunque los niveles generales de acetilcolina no aumentaron en todos los ratones tratados con CBD, aquellos que mostraron una memoria más fuerte de preferencia alimentaria también tenían niveles más altos de acetilcolina en esta región cerebral. Esta correlación no se observó en los ratones que no recibieron CBD.

Estos resultados sugieren que el CBD mejora el aprendizaje social y la memoria al aumentar la señalización de la acetilcolina en los ratones respondedores. Específicamente, la activación de los receptores muscarínicos en el prosencéfalo basal parece ser necesaria para este efecto cognitivo.

Es importante destacar que los investigadores descartaron varias explicaciones alternativas para sus hallazgos. El CBD no afectó la ingesta general de alimentos, la actividad locomotora ni los comportamientos sociales básicos de los ratones. Tampoco alteró su capacidad para detectar o discriminar olores, lo cual es fundamental en la tarea de transmisión social de la preferencia alimentaria (STFP). Aunque el CBD redujo el comportamiento similar a la ansiedad poco después de su administración, este efecto desapareció en el momento de la prueba de memoria a las 24 horas, lo que indica que la reducción de la ansiedad por sí sola no explica la mejora observada en la memoria.

El estudio también destaca las diferencias individuales en la respuesta al CBD entre los animales: no todos los ratones tratados con CBD mostraron niveles aumentados de acetilcolina o mejoría en la memoria. Solo un subconjunto pareció beneficiarse, lo que sugiere posibles implicaciones para la medicina personalizada. En entornos clínicos, el CBD podría mejorar la función cognitiva en algunas personas, pero tener efectos limitados o nulos en otras.

Estos hallazgos también respaldan un papel más amplio del sistema colinérgico del cerebro en el aprendizaje social. Investigaciones previas han demostrado que la acetilcolina es esencial para aprender de otros, y que el daño a las neuronas colinérgicas en el cerebro anterior basal puede perjudicar la memoria social. Este estudio amplía ese conocimiento al demostrar que aumentar farmacológicamente la actividad de la acetilcolina —ya sea inhibiendo su degradación o mediante tratamiento con CBD— puede mejorar la memoria social.

Por supuesto, el estudio tiene algunas limitaciones. Los experimentos se realizaron en ratones machos jóvenes y sanos, por lo que no está claro si se observarían los mismos efectos en ratones hembras, animales mayores o aquellos con deterioro cognitivo.

Además, los investigadores utilizaron una única dosis de CBD, sin explorar si dosis más bajas o más altas podrían producir efectos diferentes. Finalmente, aunque el estudio sugiere la participación de receptores muscarínicos, no identifica cuáles subtipos específicos son responsables de los cambios observados.

Las investigaciones futuras podrían explorar con mayor detalle cómo afecta el CBD a la señalización colinérgica, si actúa directamente sobre los receptores de acetilcolina o indirectamente alterando la actividad enzimática. También será importante probar si estos efectos pueden replicarse en modelos animales de deterioro cognitivo o en humanos.